Desde aquí… debajo de la tierra, aun puedo soñar, son mis
viejos sueños subterráneos que transitan por cada cosecha, por cada bosque y
selva. Mis sueños que salen y entran, que se trepan a los árboles y se tiran
con lianas, se bañan en lagos, se hamacan en rayos del sol, conversan con la
luna y cansados vuelven a la tierra para ser subterráneos.
Mis sueños, las ganas y el no poder.
Mis sueños que se cansan de reírse entre ellos, que se
agotan con sus heroicas historias de querer ser y se duermen; y sueñan que son
reales y despiertan nuevamente siendo solo sueños, se miran resignados y
suponen que será la próxima noche.
Y así viven mis sueños, de sueño en sueño, intentando ser
reales en alguna vigilia, y vomitan cadáveres de aquellos que intentaron ser; y
transitan en el día por los pastos, por las lianas y los cielos y vuelven a la
noche para intentar dejar de ser sueños aunque saben que son solo subterráneos.
Versánica
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