Dejaron descansar a la mañana, durmió un rato más esta vez y los pájaros
se adueñaron de la calle mientras bailan una zarabanda, los perros corean un
mensaje sin demasiado esfuerzo, saber si se ladran entre ellos será un
misterio, o si le ladran a su propio eco que hace unos días descubrieron.
El viento copo el espacio (le doy un sorbo al mate) la quietud de la
mañana hace que mis pensamientos hagan fiaca, así que ¡dame tiempo! le dieron
espacio al viento que corre libre por la esquina y desnudo.
Los arboles casa de algunos se convirtieron en terrenos de disputa,
porque entre los que vuelan también hay asuntos familiares pendientes y que, al
parecer, la historieta viene de hace años. Tipo 8 aparecen los primeros vecinos,
sin collar y sin correa haciendo un par de rondas, Y se van.
Parece que los arboles tenían voz, bastante sofísticos frente al sotavento, la palmera es casi como un informativo del clima, el de los pelos lacios de la esquina me cubre las espaldas: se hizo dueño de la parte de atrás de mi patio con el acuerdo de que me cuide las flores
Y el Silencio, silentium, un sustantivo con aire de verbo, que suena tan bien, tan cadenciosos y monódico, pero bello, tiene una suave musicalidad.
La poca humanidad comienza a despertar con el sol, regresando al más
origen de los inicios, el lenguaje tramposo que no nos deja pensar más allá de él,
se vino el silencio, el hermano y su primo o algo de lo mas parecido. ni una
sola otredad, y sin aviso nos volvemos más homos y las mañanas se empiezan a
parecer a noches iluminadas, no se extraña para nada la avenida, ni tu auto, ni
tus gritos, ni tu amanecer de trabajo esclavizado, no se extraña nada, nos
regalaron tiempo para despertarnos.
